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Nuestra misión cristiana en el mundo actual: Vocación y servicio. El segundo tiempo ordinario del Año Cristiano y el Calendario litúrgico (Agosto)

Uno de los temas sugeridos para el segundo tiempo ordinario del calendario litúrgico es el de la misión cristiana. En este mes y el siguiente, sugerimos una serie de reflexiones que nos ayudarán a pensar y poner en práctica nuestra misión en el seno de nuestros países y sociedades. Estos estudios se pueden usar como sermones o bien como estudios bíblicos (de allí su formato que incluye datos de trasfondo histórico de los textos bíblicos, algunas citas de documentos y autores latinoamericanos, un análisis somero del texto y algunas preguntas finales para discusión en grupos pequeños) que esperamos nos estimulen a vivir como pueblo de Dios ante los desafíos que enfrentamos cotidianamente.

Domingo 19 del segundo tiempo ordinario (entre el 7 y el 13 de agosto)

JESUS NOS LLAMA A UNA NUEVA VIDA

PASAJE BIBLICO: Lucas 3: 1-20.

TEXTO CLAVE: “Produzcan frutos que demuestren arrepentimiento. Y no se pongan a pensar: “Tenemos a Abraham por padre.” Porque les digo que aun de estas piedras Dios es capaz de darle hijos a Abraham." (Lc.3:8).

OBJETIVO: Que como cristianos tomemos conciencia de que el llamado de Dios a una nueva vida, al arrepentimiento y a la fe, además de manifestar su amor gratuito e incondicional (su gracia), a la vez nos demanda, desde el principio de esa vida, una responsabilidad social de amor al prójimo que es ineludible.

INTRODUCCIÓN.

                         RESPONSABILIDAD SOCIAL CRISTIANA

            Afirmamos que Dios es tanto el Creador como el Juez de todos los hombres. Por lo tanto debemos compartir su preocupación por la justicia y la reconciliación en toda la sociedad humana y por la liberación de los hombres de toda clase de opresión. La humanidad fue hecha a la imagen de Dios; consecuentemente, toda persona, sea cual sea su raza, religión, color, cultura, clase, sexo o edad, tiene una dignidad intrínseca a causa de la cual debe ser respetada y servida, no explotada. Expresamos además nuestro arrepentimiento tanto por nuestra negligencia como por haber concebido a veces la evangelización y la preocupación social como cosas que se excluyen mutuamente. Aunque la reconciliación con el hombre no es lo mismo que la reconciliación con Dios, ni el compromiso social es lo mismo que la evangelización, ni la liberación política es lo mismo que la salvación, no obstante afirmamos que la evangelización y la acción social y política son parte de nuestro deber cristiano. Una y otra son expresiones necesarias de nuestra doctrina de Dios y del hombre, nuestro amor al prójimo y nuestra obediencia a Jesucristo. El mensaje de la salvación encierra también el mensaje de juicio de toda forma de alienación, opresión y discriminación, y no debemos temer el denunciar el mal y la injusticia dondequiera que éstos existan. Cuando la gente recibe a Cristo, nace de nuevo en su Reino y debe tratar no sólo de manifestar sino a la vez de difundir la justicia del mismo en medio de un mundo injusto. Si la salvación que decimos tener no nos transforma en la totalidad de nuestras responsabilidades personales y sociales, no es la salvación de Dios. La fe sin obras es muerta.

            (Hch. 17:26,31; Gn. 18:25; Is. 1:17; Sal. 45:7; Gn. 1:26,27; Stg. 3:9; Lv. I9:l8; Lc. 6:27,

            35; Stg. 2:14‑36; Jn 3:3,5; Mt. 5:20; 6:33; 2 Co. 3:18; Stg. 2:20).

            Pacto de Lausana, párrafo 5.

EXPOSICIÓN BÍBLICA: LUCAS 3:1-20

En el año quince del reinado de Tiberio César, Poncio Pilato gobernaba la provincia de Judea, Herodes era tetrarca en Galilea, su hermano Felipe en Iturea y Traconite, y Lisanias en Abilene; el sumo sacerdocio lo ejercían Anás y Caifás.

  1. Los vv. 1 y 2 nos llaman la atención al carácter histórico de la revelación bíblica. Dios se revela en el tiempo y en el espacio; en circunstancias históricas concretas; en la historia humana. Lucas, el historiador, siguiendo las normas de su tiempo en cuanto a la identificación de un momento histórico determinado, nos da una detallada referencia al tiempo en que lo que está por relatar ocurrió. Así, identifica no sólo al emperador, sino también a los gobernadores de distintas localidades, y a las autoridades religiosas de Israel.
  2. Tal descripción nos permite también identificar las circunstancias socio-políticas de aquellos días, y el entorno en el cual Dios envio su palabra. Israel era una de los cientos de provincias que estaban bajo el imperio romano. Israel vivía bajo el dominio y la explotación del imperio romano, y aún de la élite religiosa de su propia nación (representada por los sumos sacerdotes), los cuales se servían de la religión para explotar también a las masas que, bajo tales circunstancias, vivían en una pobreza aguda.

            Al regresar del destierro el año 538 A.C., como ya no había reyes, el sumo sacerdote se fue convirtiendo poco          a poco en la piedra angular de la sociedad judía... Por sus funciones, el sumo sacerdote gozaba de una gran dignidad y a la vez de una situación económica confortable; por la tarde, era él el primero en escoger su parte entre las ofrendas hechas en el templo y destinadas a los sacerdotes. El templo era para él una buena fuente de ingresos, ya que era efectivamente un centro muy importante de comercio... los peregrinos venían practicamente obligados a comprar sus víctimas   en el templo; por otra parte, se compraba allí mucha madera preciosa, perfumes y otros objetos de lujo, las únicas que eran dignas del Señor... todo este comercio pertenecía a la familia del sumo sacerdote... además [el sumo sacerdote] se apropiaba a la fuerza de las pieles de los animales degollados que correspondían a los demás sacerdotes y mandaba gente a las granjas para cobrar el diezmo que estaba destinado para todos.

  1. Saulmler y B. Rolland, Palestina en Tiempos de Jesús (España: Verbo Divino), pp. 37‑38.

En aquel entonces, la palabra de Dios llegó a Juan hijo de Zacarías, en el desierto. Juan recorría toda la región del Jordán predicando el bautismo de arrepentimiento para el perdón de pecados. 

  1. Dios interviene en la vida humana y, como de costumbre, llama a los hombres a una nueva vida. Lo hace por medio de Juan (vv.2-3). El bautismo era practicado por los judíos como un rito de purificación para prosélitos, paganos convertidos al judaísmo.

Lo notable del bautismo de Juan es que éste es predicado a judíos, que se consideraban "hijos de Abraham" (v.8), es decir, miembros del pueblo elegido de Dios. Juan los trata como a gentiles, como a no-creyentes. De hecho lo eran.

  1. El bautismo es más que un mero ritual; es una demanda de un genuino arrepentimiento, de un cambio radical de mentalidad y estilo de vida (que es lo que el término griego metanoia significa), lo cual implica la adopción de una nueva cosmovisión religiosa en la cual la relación entre el culto y la ética, la adoración a Dios y la responsabilidad social, se entienden como un todo integrado.
  2. La predicación de Juan se ubica en el contexto y como cumplimiento de la profecía antigua (vv.4-6). Juan está en la linea de los profetas, y como ellos ha venido a denunciar la hipocrecía religiosa de la nación de Israel y su necesidad de cambio ante la inminente venida del Señor (vv.16-17).

—¡Camada de víboras! —les advirtió—. ¿Quién les dijo que podrán escapar del castigo que se acerca? Produzcan frutos que demuestren arrepentimiento. Y no se pongan a pensar: “Tenemos a Abraham por padre.” Porque les digo que aun de estas piedras Dios es capaz de darle hijos a Abraham. Es más, el hacha ya está puesta a la raíz de los árboles, y todo árbol que no produzca buen fruto será cortado y arrojado al fuego. 

  1. El mensaje de la gracia incluye el anuncio del juicio venidero y la denuncia de la injusticia e impiedad de los israelitas (vv.7-9), y aún de la inmoralidad de los gobernantes (v.19). De esa manera Juan ataca la falsa confianza religiosa que, apoyada en la elección divina y en las observancias del culto, está segura de su salvación eterna. Esto es también anunciar "las buenas nuevas" (v.18).

10 —¿Entonces qué debemos hacer? —le preguntaba la gente.

11 —El que tiene dos camisas debe compartir con el que no tiene ninguna —les contestó Juan—, y el que tiene comida debe hacer lo mismo.

12 Llegaron también unos recaudadores de impuestos para que los bautizara.

—Maestro, ¿qué debemos hacer nosotros? —le preguntaron.

13 —No cobren más de lo debido —les respondió.

14 —Y nosotros, ¿qué debemos hacer? —le preguntaron unos soldados.

—No extorsionen a nadie ni hagan denuncias falsas; más bien confórmense con lo que les pagan. 

  1. El arrepentimiento se ha de mostrar con actos concretos de responsabilidad hacia nuestros semejantes. Esto incluye tanto nuestra ética social (vv. 10-11), como nuestra ética profesional (vv. 12-14). Como dice la versión popular: "Pórtense de tal modo que se vea claramente que se han vuelto al Señor" (v. 8).

PARA REFLEXIONAR

  1. A la luz del pasaje anterior, piensa en el siguiente parrafo y coméntalo:

                        Predicamos un mensaje que llama a los hombres al arrepentimiento y a la nueva vida en Cristo. Nuestros sermones y tratados piden a los borrachos que dejen el alcohol, a los ladrones y delincuentes que dejen la mala senda, a los hijos desobedientes que respeten a sus padres. Prometemos a los neuróticos que encontrarán paz espiritual y a los desequilibrados psíquicos que hallarán la fuente de Ia tranquilidad. ¿Y qué dice nuestro mensaje a los explotadores de los indios, a los capitalistas abusivos, a los policias venales y  corruptos, a los políticos sucios? ¿De qué se tienen que arrepentir los "buenos muchachos" (es decir los "jóvenes ricos") de nuestras iglesias? ¿No es un pecado, o la manifestación del pecado, esa indiferencia cómoda ante el sufrimiento de las masas de nuestro continente o de ciertos sectores olvidados? Se han puesto de moda los "desayunos presidenciales" y las  reuniones con autoridades. ¿Han alzado alguna vez los evangélicos una voz profética en ellos? ¿No estamos más bien procurando granjearnos las riquezas y privilegios de corazones no arrepentidos entre los poderosos,  garantizándoles que el evangelio producirá obreros que no hagan huelga, estudiantes que canten coritos en vez  de pintar paredes con lemas de lucha social, guardianes de la paz al precio de la injusticia? No nos extrañe entonces que aquellos corazones sensibles al dolor de nuestro pueblo, a la miseria, a la injusticia, en vez de ser agitados por el mensaje revolucionario de Cristo que cambia el corazón más negro, se vayan tras los agitadores de cualquier ideología de moda. No nos extrañe entonces que en ciertos países tantos jovenes evangélicos se  hayan hecho guerrilleros y no quieran saber nada más con la iglesia. ¿Sobre quién caerá la sangre de  ellos?"

                        Samuel Escobar, "Responsabilidad Social de la Iglesia", en Evangelio y Realidad Social: Ensayos desde una Perspectiva Evangélica. (Ediciones Presencia: Lima, 1985), pp. 21-22.

  1. ¿De qué manera se puede aplicar a las iglesias latinoamericanas el llamado al arrepentimiento y a la conversión que Juan hizo al "pueblo elegido" del primer siglo? o ¿es el llamado a vivir todas las implicaciones del Evangelio sólo para los no-creyentes?
  2. ¿Cuáles son algunas de las formas que toma la falsa seguridad de la salvación en nuestros días en las iglesias evangélicas? A la luz del pasaje estudiado, ¿en qué se debe basar nuestra certeza de que estamos viviendo como Dios manda?
  3. Discute lo aprendido en esta lección en relación con tu propia experiencia profesional. ¿Cuáles son algunas de las maneras en que puedes mostrar que en realidad te has arrepentido, tanto en tu vida personal como en tu desempeño profesional. Recuerda lo que dice el Pacto de Lausana:

                        Cuando la gente recibe a Cristo, nace de nuevo en su Reino y debe tratar no sólo de manifestar sino a la vez de difundir la justicia del mismo en medio de un mundo injusto. Si la salvación que decimos tener no nos transforma en la totalidad de nuestras responsabilidades personales y sociales, no es la salvación de Dios. La fe sin obras es muerta.

Domingo 20 del segundo tiempo ordinario (entre el 14 y el 20 de agosto)

EL LLAMADO DE JESUS: VOCACION DE SERVICIO

PASAJE BIBLICO: Mateo 9:9-13.

TEXTO CLAVE:  "Jesús le dijo: Sígueme. Y se levantó y le siguió"                         (Mt. 9:9b).

OBJETIVO:  Que el estudiante pueda ubicar su vida y profesión en el contexto del llamado de Jesús a una vida de servicio.

INTRODUCCIÓN

                        LA VOCACION CRSITANA EN LA VIDA PROFESIONAL

            En nuestro medio ambiente los factores que priman en la elección de una carrera son la búsqueda de status, el mercado de trabajo, las posiciones familiares, la situación socio‑económica nacional, reflejada en la universidad, y factores de carácter psicológico tales como la falta de identidad personal, la soledad y el temor. En general existe una lamentable ausencia de orientación vocacional, la cual trae como consecuencia frustración en la práctica profesional y un alto indice de deserción. Creemos que como profesionales cristianos podemos hacer un aporte inestimable en el campo del descubrimiento y desarrollo de vocaciones.  En América Latina hay una necesidad muy grande de que los  profesionales cristianos nos liberemos de la dicotomía entre lo secular y lo sagrado y veamos nuestro trabajo a la luz de la enseñanza bíblica. Urge que tomemos conciencia del aporte distintivo que podemos hacer tanto a la Iglesia como a la sociedad, y que desarrollemos una conciencia de servicio. Vivimos en países con agudas necesidades materiales, morales y espirituales, y esto nos coloca frente a una responsabilidad ineludible de usar nuestra profesión en el servicio de Dios y del prójimo, y no como un medio de lucro personal, según los valores del Reino y no los que nos impone la sociedad. Tendremos que examinar la realidad que  nos rodea y ejercer nuestras capacidades creativas en la formulación e implementación de modelos de acción orientados a satisfacer las necesidades de nuestros congéneres, en el nombre de Jesucristo y para la gloria de Dios.

            Pacto de Itaicí, sección II, párrafos 4 y 6.

EXPOSICIÓN BÍBLICA: MATEO 9:9-13.

Al irse de allí, Jesús vio a un hombre llamado Mateo, sentado a la mesa de recaudación de impuestos. «Sígueme», le dijo. Mateo se levantó y lo siguió.

10 Mientras Jesús estaba comiendo en casa de Mateo, muchos recaudadores de impuestos y pecadores llegaron y comieron con él y sus discípulos. 11 Cuando los fariseos vieron esto, les preguntaron a sus discípulos:

—¿Por qué come su maestro con recaudadores de impuestos y con pecadores?

12 Al oír esto, Jesús les contestó:

—No son los sanos los que necesitan médico sino los enfermos. 13 Pero vayan y aprendan lo que significa: “Lo que pido de ustedes es misericordia y no sacrificios.” Porque no he venido a llamar a justos sino a pecadores.

  1. El llamado de Dios al arrepentimiento es sólo el principio de la nueva vida. Es el primer paso en el discipulado cristiano.
  2. El primer evangelio nos describe a Jesús desempeñando un ministerio integral, es decir, un servicio que estaba orientado a satisfacer las necesidades espirituales, mentales, sociales, morales y físicas del ser humano.
  3. Es en medio de su ministerio de sanidad y milagros (Mateo caps. 8 y 9) que se nos narra el llamado de Jesús a Mateo, el cobrador de impuestos.
  4. La profesión de publicano era poco popular en la sociedad israelita. Económicamente hablando era lucrativa, sin embargo era ejercida, generalmente, por funcionarios corruptos.

                        Según el sistema implantado por los romanos en Palestina, el cobro de impuestos se hacía por medio de  concesionarios que se comprometían a pagar al gobierno imperial determinada cantidad cada cierto tiempo. Todo  lo demás que pudieran cobrar era para ellos, con lo  cual fácilmente se convertían en ambiciosos  extorsionadores del pueblo. Como, por otra parte, se les consideraba empleados del gobierno extranjero, y  como para obtener el pago de los impuestos acostumbraban pedir la ayuda de los soldados romanos,  los judíos los odiaban intensamente y los clasificaban en la misma categoría que las prostitutas y otros a quienes llamaban "pecadores" (Las versiones tradicionales traducen "publicanos"). EI rencor popular creó la designación de "cobradores de impuestos y pecadores" para la gente considerada la peor.

                        Versión Popular de la Biblia: Dios Habla Hoy. 2a. edición (México D.F.: Sociedades Bíblicas Unidas, 1983) p.386.

  1. En consecuencia, el publicano estaba automáticamente excluido de la vida religiosa y social de Israel. No podía ser testigo en un juicio, y era considerado por los rabinos en la misma categoría con los ladrones y en consecuencia, impuro. "Si deseaban `convertirse', debían restaurar lo que habían tomado ilegalmente, cuando era posible saber a quién se había defraudado, y entregar sus mal habidas ganancias al bien común". O. Michel, "Telones", Theological Dictionary of the New Testament, abreviado en un volumen, (Grand Rapids: Eerdmans,1985) p.1168.
  2. El llamamiento de Jesús libera a Mateo de una práctica profesional corrupta, de una estructura opresora, y le pone en un nuevo camino de libertad y servicio, que la religión de sus días no le podía ofrecer. Aquí se pueden citar las palabras de Pablo a los efesios para describir la experiencia de Mateo: "El que hurtaba, no hurte más, sino trabaje, haciendo con sus manos lo que es bueno, para que tenga qué compartir con el que padece necesidad" (Ef. 4:28).
  3. Jesús rompe con las convenciones y prejuicios de su época y se sienta a la mesa con Mateo y con "muchos publicanos y pecadores" (v.10), que era el único circulo social accesible a Mateo. Comer juntos era la máxima expresión de compañerismo y plena aceptación. La gente "decente", los "justos", jamás lo harían. Mucho menos un rabino. De ahí la crítica de "los fariseos". Para Jesús era simplemente una implicación ineludible del gran mandamiento de amar al prójimo (v.13). Eso necesitaban aprender los fariseos: "Id ... y aprended ... "

PARA REFLEXIONAR

  1. ¿Quiénes son en tu sociedad los publicanos modernos?
  2. Pensando en tu propia experiencia, identifica las estructuras de corrupción en las cuales el profesional cristiano hoy día ejerce sus tareas y labores. ¿De qué manera la corrupción institucionalizada (sea en la política, la burocracia, el sector privado, la educación, las artes, la vida cotidiana, las cortes de justicia, etc.) funciona, y cuáles son las alternativas quelas y los profesionales cristianos tiene ante ellas.
  3. Considera el siguiente párrafo y coméntalo en el grupo de estudio.

                                                            ESTRUCTURAS DE PODER

                        En los males que aquejan a los pueblos de nuestro continente no nos enfrentamos solamente con el pecado individual sino con verdaderos poderes demoniacos de opresión y deshumanización atrincherados en estructuras económicas, políticas, sociales e ideológicas. La dependencia económica que empobrece a nuestros pueblos y traba su desarrollo, las injusticias que marginan a sectores enteros del pueblo  y concentran el poder en pequeños grupos, la represión que se abate sobre algunos pueblos, o sectores de los pueblos, son algunas de las manifestaciones de tal situación. Como cristianos, que creemos en Aquel que ha vencido a todos los poderes del mal, la fuente de toda autoridad auténtica y de todo poder genuino, hemos de comprometernos a luchar por la transformación de todas aquellas estructuras, para que lleguen a cumplir el servicio para el que fueron creadas.

                        "Carta a las Iglesias Cristianas" del CLAI en Teología en el Camino: Documentos Presentados en los Ultimos Veinte Años por Diferentes Comunidades Cristianas de América Latina, compilados por Pedro Arana Quiroz, (Lima: Ediciones Presencia, 1987) p.67.

 Domingo 21 del segundo tiempo ordinario (entre el 21 y el 27 de agosto)

ENTENDER NUESTRA PROFESION COMO MAYORDOMÍA

AL SERVICIO DE DIOS

PASAJE BIBLICO: Lucas 12:41-48.

41 —Señor —le preguntó Pedro—, ¿cuentas esta parábola para nosotros, o para todos?

42 Respondió el Señor:

—¿Dónde se halla un mayordomo fiel y prudente a quien su señor deja encargado de los siervos para repartirles la comida a su debido tiempo? 43 Dichoso el siervo cuyo señor, al regresar, lo encuentra cumpliendo con su deber. 44 Les aseguro que lo pondrá a cargo de todos sus bienes. 45 Pero ¡qué tal si ese siervo se pone a pensar: “Mi señor tarda en volver”, y luego comienza a golpear a los criados y a las criadas, y a comer y beber y emborracharse! 46 El señor de ese siervo volverá el día en que el siervo menos lo espere y a la hora menos pensada. Entonces lo castigará severamente y le impondrá la condena que reciben los incrédulos.

47 El siervo que conoce la voluntad de su señor, y no se prepara para cumplirla, recibirá muchos golpes. 48 En cambio, el que no la conoce y hace algo que merezca castigo, recibirá pocos golpes. A todo el que se le ha dado mucho, se le exigirá mucho; y al que se le ha confiado mucho, se le pedirá aun más.

TEXTO CLAVE:  “Ahora bien, a los que reciben un encargo (mayordomos) se les exige que demuestren ser dignos de confianza.”(1 Co. 4:2).

OBJETIVO: Que tomemos conciencia de que en la práctica de nuestra profesión somos mayordomos de Dios.

INTRODUCCIÓN

            La vocación humana se desprende del hecho de que Dios creó al hombre a su imagen y semejanza. Como imagen de Dios el hombre representa a Dios en el mundo y tiene la capacidad de relacionarse con el Creador, con su prójimo y con la creación. Está llamado a ser mayordomo del mundo bajo la soberanía de Dios. Consecuentemente, el trabajo no es una maldición, sino el medio por el cual el hombre cumple su vocación. La alienación del hombre respecto al trabajo es consecuencia de la Caída. La Redención en Cristo, sin embargo, provee una nueva base para la realización del trabajo como un acto de adoración a Dios, un instrumento de  servicio al prójimo y un ejercicio del señorio del hombre sobre la naturaleza. Cabe decir que la obra de Cristo incluye la redención del trabajo.

            Pacto de Itaicí, II, 5.

EXPOSICIÓN BÍBLICA: LUCAS 12:41-48.

  1. La palabra "mayordomía" en el lenguaje bíblico tiene su origen en el término griego oikonomia, que significa literalmente,"ley (en el sentido de orden o administración) de la casa". Un mayordomo (oikonomos) era aquel que estaba encargado de la administración de la casa y hacienda de su amo.
  2. En los tiempos bíblicos el uso de mayordomos (por lo general hombres) era común. Por lo general el mayordomo era un esclavo a quien se le daba la responsabilidad de administrar las propiedades de su dueño (Gn. 24:2; 39:4; 44:1). Jesús habló de la mayordomía ilustrar uno de los aspectos fundamentales de nuestra relación con Dios.
  3. Los elementos principales que la imagen de la mayordomía señala son los siguientes:
  4. Es una manera de explicar nuestra relación con Dios: El es el dueño, nosotros los mayordomos; él es Dios, nosotros seres humanos. Es una relación de responsabilidad. .
  5. Dios es el dueño soberano de todo lo que existe. Según la enseñanza bíblica esto es así porque Dios es el Creador de todas las cosas (Gn.1 y 2). "De Jehová es la tierra y su plenitud, el mundo y los que en él habitan" (Sal.24:1). Todo lo que somos y tenemos le pertenece a Dios; él nos lo ha encomendado. El tema central del Salmo 8 es que Dios ha puesto todas las cosas bajo el dominio del ser humano.
  6. La caída del ser humano en el pecado alteró radicalmente su sentido de la mayordomía. Se declaró independiente y se creyó amo y señor no sólo de su vida sino de la creación. El resultado fue un desperdicio de los bienes que Dios le había encomendado (como se ilustra en la parábola del hijo pródigo, Lc. 15:11-32), o una acumulación egoista de ellos (según la parábola del rico necio en Lc.12:13-21). Romanos 1:18-32 es una descripción vívida de la triste condición humana.
  7. Como seguidoras y seguidores de Jesús nuestro sentido de la mayordomía se intensifica, ya que además de pertenecer a Dios en virtud de la Creación, somos suyos a causa de la redención. En Cristo, Dios renueva nuestra cosmovisión y nos permite apreciar la mayordomía. Somos comprados con la sangre de Jesús (1 Pe. 1:18-20), somos un pueblo adquirido por Dios (1 Pe. 2:9-10) para llevar al cabo la misión que nos ha encomendado, y para la cual nos ha dado carismas, dones del Espíritu (1 Co. 12; Ro.12; Ef.4; 1 Pe. 4:10-11). De manera que Pablo nos puede preguntar: “¿qué tienes que no hayas recibido?" (1 Co.4:7). Efectivamente, "sea que vivamos, o que muramos, del Señor somos” (Ro. 14:8; ver también Ef. 2:4-10).
  8. La mayordomía representa un privilegio y una responsabilidad. Es una posición honrosa. El ser humano es como el virrey de Dios en este mundo; expresa la imagen de Dios precisamente en esta función. Pero al mismo tiempo es responsable ante Dios de hacer buen uso de los bienes que le han sido encomendados para el bien de su prójimo, como lo indica la parabola de la lectura bíblica (ver también Mt. 24:45-51).
  9. Existe un día en el que se da cuenta de la mayordomía. Tarde o temprano todo mayordomo es llamado a rendir cuenta de su mayordomía (Lc. 12:43; Mt. 24:50; 25:21). Si ha sido fiel es recompensado (Lc. 12:44; Mt. 24:46; 25:21). Si ha sido infiel es castigado (Lc. 12:45-48; Mt. 24:51; 25:28-30; ver también 1 Co. 3:13-15).

PARA REFLEXIONAR

  1. ¿Qué implica el que te consideres mayordomo o mayordoma de Dios? ¿De qué manera cambia tu perspectiva de la vida cristiana cuando empiezas a pensar en ti en términos de la mayordomía?
  2. Reflexiona en el siguiente párrafo del Pacto de Itaicí y discute en el grupo de estudio las ideas que allí se presentan con respecto a la mayordomía.

                        La totalidad de la vida está bajo la soberanía de Dios. Creemos por lo tanto que en su uso del tiempo, el profesional cristiano debe definir sus prioridades sin establecer una jerarquía de actividades más sagradas y  actividades menos sagradas, buscando más bien un equilibrio entre las demandas de su propia persona, su familia, su trabajo y su participación en actividades de la lglesia, en el movimiento profesional y en la vida social. Creemos además que desde una perspectiva más amplia de la misión de la Iglesia el profesional no tiene que restringir su mayordomía a los compromisos financieros de su iglesia local. Creemos también que el  profesional tiene un papel importante en relación a la vida de su congregación local en el área de la enseñanza, de las finanzas, del servicio, de la proclamación y del culto, para lo cual debe recibir una formación teológica adecuada. Al definir su tarea se debe aprovechar creativamente sus capacidades  específicas para el servicio de Jesucristo. La congregación local a su vez tiene una responsabilidad para con el profesional en lo que atañe a su vida  espiritual, emocional, intelectual y social. Por último, consideramos que el grupo de profesionales tiene la responsabilidad de capacitar a éstos para una participación activa en la vida y misión de la lglesia, utilizando para ello estudios biblicos, estudios de temas, jornadas de estudios, literatura y otros recursos disponibles.

                        Pacto de Itaicí, IV. 12.

Domingo 22 del segundo tiempo ordinario (entre el 28 de agosto y el 3 de septiembre)

EL TRABAJO COMO EXPRESIÓN DE NUESTRA MAYORDOMÍA

PASAJE BÍBLICO: Génesis 1:26-28; 2:7-8, 15.

26 y dijo: «Hagamos al ser humano

a nuestra imagen y semejanza.

Que tenga dominio sobre los peces del mar,

y sobre las aves del cielo;

sobre los animales domésticos,

sobre los animales salvajes,

y sobre todos los reptiles

que se arrastran por el suelo.»

27 Y Dios creó al ser humano a su imagen;

lo creó a imagen de Dios.

Hombre y mujer los creó,

28 y los bendijo con estas palabras:

«Sean fructíferos y multiplíquense;

llenen la tierra y sométanla;

dominen a los peces del mar y a las aves del cielo,

y a todos los reptiles que se arrastran por el suelo.» 

Y Dios el Señor formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz hálito de vida, y el hombre se convirtió en un ser viviente. Dios el Señor plantó un jardín al oriente del Edén, y allí puso al hombre que había formado. 

15 Dios el Señor tomó al hombre y lo puso en el jardín del Edén para que lo cultivara y lo cuidara.

TEXTO CLAVE: " Y todo lo que hagan, de palabra o de obra, háganlo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios el Padre por medio de él." (Col. 3:17).

OBJETIVO: Que podamos adquirir una comprensión bíblica del trabajo y actuar en conformidad a ella.

INTRODUCCIÓN

                                                 EL PROFESIONAL Y SU PERSONA

            En la sociedad moderna la persona está minada por una  neurosis de status. Los mecanismos de producción reducen al profesional a un tornillo anónimo de la gran máquina social. Dada la orientación de la política empresarial marcada por la supremacía del capital sobre el trabajo, sólo se le valora según su participación en el sistema de producción y ganancia. Los medios de comunicación social le condicionan para que se ajuste sin ninguna resistencia a la sociedad de consumo. Las largas horas de trabajo frecuentemente comprometen el tiempo que podría dedicar al descanso o a la familia. La posibilidad de ser desplazado por las máquinas, que son más productivas, o por profesionales más jóvenes, le  crean ansiedades que se intensifican a medida que el mercado de empleos se torna más y más competitivo. Crecientemente la sociedad moderna hace de la persona un número que toma el lugar del nombre y la subordina a las computadoras, anula su posibilidad de crecimiento interpersonal mediante la jerarquización en base a la posición social, económica, cultural y profesional, y le impide el contacto natural con otras personas. Frustra así el desarrollo de su potencial creativo y la insensibiliza. En la vida de muchos profesionales la crisis producida por esta situación se desencadena cuando descubren su incapacidad de vivir consigo mísmos. No es de sorprenderse que en una sociedad donde el valor de la persona se mide en base a su productividad, el profesional sufra depresiones y pierda la vitalidad y hasta el deseo de vivir.

            Pacto de Itaicí, I. 1.

EXPOSICION BÍBLICA: EL TRABAJO EN PERSPECTIVA BÍBLICA

El propósito de ésta lección es proveer una perspectiva bíblica acerca del trabajo, y a la luz de ella facilitar la reflexión en cuanto a sus implicaciones con respecto a nuestra mayordomía. Hemos intentado en este estudio presentar la  enseñanza bíblica iluminando el contexto histórico en el cual  fue dada originalmente, a fin de entender la situación socio‑económica y política de los receptores originales (en  muchos aspectos semejante a la nuestra hoy día en Latinoamérica),  y así facilitar su aplicación a nuestra realidad concreta actual. Esto último será tarea de los que estudien esta lección.

La necesidad y urgencia de considerar cuidadosamente este tema, y, sobre todo, de tomar medidas y acciones prácticas, es fundamental para quienes creemos en el señorío de Cristo en todas las esferas de la vida.

El siguiente bosquejo intenta ofrecer algunas ideas generales sobre el trabajo. De ninguna manera es exhaustivo y sólo pretende aportar algunas ideas básicas sobre el tema. 

  1. EL TRABAJO EN EL ANTIGUO TESTAMENTO
  2. a) Gn.1:26‑28; 2:15,19. Dios trabaja y el ser humano, como imagen de

                        Dios, también recibe el mandato cultural de trabajar, y esto antes de la

                        caída en el pecado.  

  1. b) Gn.3:17‑19. La caída en el pecado no introduce el trabajo en el mundo,

más bien lo hace dificil y penoso. No es cierto lo que dice una canción popular:  “el trabajo lo hizo Dios como castigo.”

  1. c) La organización tribal, en los días de los patriarcas, permite que el trabajo, las riquezas y pobreza, sean compartidos por todos los miembros de la tribu o clan.
  2. d) La transición a una vida sedentaria (en los días de los jueces y sobre

                        todo de los reyes) produjo cambios sociales que afectaron la vida social: 

                        surgen los asalariados  y con ello Ias injusticias sociales.

                                    Otra clase emergió -la de los asalariados. Un mundo que consistía principalmente de grupos familiares, donde los esclavos vivían con su amo pasó, y en su lugar surgió una sociedad dividida en reyes y súbditos, patrones y obreros, ricos y pobres. Esta transformación fue completa, tanto en Israel como en Judá, por el siglo octavo a. C.

                                    Roland de Vaux, Las Instituciones de Israel,p.23.

  1. e) La  Ley  de Dios daba principios encaminados  a  evitar el pauperismo y

                        a mantener el equilibrio social entre los israelitas. (Ex. 22:21‑27; 23:9‑12;

                        Lv.19:9‑13, 33‑34).

  1. f) Un principio fundamental que surge de la legislación del AT y que debía determinar la actitud del pueblo de Dios hacia las propiedades materiales, es el hecho de que la tierra le pertenece a Dios (Lv.25:23). Por tanto, no se puede hablar de propiedad privada o de propiedad común sino de mayordomía responsable.  La razón principal por la que el israelita debía compartir el fruto de su trabajo y los bienes que tenía era porque, en última instancia, todo le pertenece a Dios. Este es un principio que si entendemos bien, puede transformar nuestro entendimiento del trabajo como un aspecto de nuestra mayordomía. En ello se basaban, entre otras muchas leyes, las siguientes instituciones que  tenían como objeto mantener el balance y la equidad social entre los miembros de la nación del pacto:
  2.                         El año sabático. Ex.21:2‑6;10‑11; Dt.15:1‑18; Lv. 25:2‑7.
  3.                         El año jubilar.  Lv. 25:8‑24.
  4. g) La obediencia a la Ley traería como resultado las bendiciones de Dios sobre el trabajo; la desobediencia atraería sus maldiciones. (ver  26:3-26).

EL TRABAJO EN EL NUEVO TESTAMENTO

        a) Jesús, con hechos y palabras, enseñó que el trabajo es una parte esencial de lo que significa ser creado a la imagen de Dios. Como su Padre es trabajador, El también lo es: "Hasta ahora mi Padre trabaja, y yo trabajo." (Juan 5:17).

        b) El apóstol Pablo hace bien claro que todo trabajo es un servicio a Dios (Col. 3:22-25; Ef. 6:5-9; 1   10:31). No existe tal cosa como trabajo "secular" y ministerio al Señor. Todo trabajo es un servicio a Dios.

        c) El trabajo personal ha de considerarse como una oportunidad para ayudar materialmente a los necesitados. Pablo mismo dio el ejemplo (Hch. 20:33‑35;      4:28; 1 Tes. 2:5‑12).

        d) El trabajo honesto es una actividad que también es parte de nuestra preparación para esperar al Señor (1 Tes. 4:11-12). Aquellos que son perezosos y no trabajan (so pretexto de que estan esperando al Señor) han de ser disciplinados e incluso excomulgados de la iglesia, si no cambian su actitud (2 Tes. 3:6-15). 

PARA REFLEXIONAR

  1. Reflexiona y discute el siguiente párrafo que resume bien los puntos principales de esta lección:

                        El Dios creador que llama a los hombres y mujeres a la salvación, llama a cada quien a cumplir su tarea misionera por medio  del ejercicio de su vocación específica. Así lo particular se da en función de lo universal. Por lo tanto es importante que busquemos el lugar específico que Dios nos ha asignado, despojándonos de nuestras ambiciones particulares e individuales, asumiendo el camino del servicio, procurando la excelencia y la eficacia, aún con disposición al sacrificio, a fin de que se cumpla la voluntad de Dios para el ser humano, y éste tenga vida abundante dentro de las limitaciones de la era presente.                                                                                           

                        Pacto de Curitiba, párrafo 9.

  1. A la luz del siguiente párrafo discute cuáles son algunas de las iniciativas que tú junto con otros y otras profesionales de tu iglesia pueden tomar a fin de crear nuevos modelos de misión. Busca maneras prácticas de implementar y promover las "oportunidades de servicio" en tu país y/o comunidad.

                        Creemos que a los profesionales cristianos les compete  tomar iniciativas tendientes a la creación de nuevos modelos  de misión que tomen en serio la situación de pobreza en que viven las grandes mayorías en América Latina, tanto en las urbes como en las zonas rurales. Hay también múltiples oportunidades de servicio con una visión misionera en el campo de la industría, de la técnica, de las ciencias humanas, de los medios de comunicación social, de la docencia universitaria y de la política. La demanda de la hora es una demanda de creatividad y de un profundo compromiso con el Evangelio y con la realidad latinoamericana.                                                                     

                        Pacto de Itaicí, sec.IV, párrafo 13.