Published on
August 26, 2014
Jorge Navarro, encontró a Cristo en medio de la complicada vida que había decidido seguir. Drogas de todo tipo eran su pan diario, hasta que un día todo cambió. Esa fuerza que había impulsado su camino cuesta abajo, la usó para servir apasionadamente a quien lo llamó.

This conversation was conducted by Jaime Lázaro in Spanish. Read it in English.

Hace 35 años dejó su México lindo y querido junto con su esposa Judith y su niño, para empezar la Iglesia Nuevo Nacimiento desde cero, en un país que no conocía. Los miembros de su familia nuclear fueron las personas que atendieron sus primeras prédicas. Lo demás es historia, porque desde entonces, cientos de personas fueron tocadas gracias al incesante trabajo de este pastor.

La Iglesia Nuevo Nacimiento, de Wilmington, California, está afiliada a la Convención Bautista del Sur y cuenta con una asistencia promedio de 450 personas.

Esta fue una interesante entrevista, que sugirió algunos comentarios y/o preguntas reflexivas:

  • Navarro afirma que nuestra adoración es muy antiguo-testamentaria, muy judía, porque está conectada con los milagros mas no con la encarnación. Sostiene que se hace por moda, costumbre o porque otros lo hacen. ¿Es que nuestras iglesias siguen corrientes de adoración que las alejan de su propósito?
  • Nuestro interlocutor no cree que existe la música cristiana, explica que existe el mensaje que va en ese vehículo. Dice que no hay un “DO” cristiano o un “RE” espiritual, que la música es música pero que el contenido es importante. Entonces ¿Cómo explicamos que simples melodías quebrantan a las personas?
  • Al hablar acerca del sentimiento de culpabilidad, en la persona que viene a adorar, Jorge Navarro comenta que se trata de manipular a las personas. “Todos nos hemos visto envueltos en esto”, remarca y agrega que “lo que debemos hacer es acercarnos al Trono de la Gracia para que alcancemos su oportuno socorro”. ¿Es esta una confesión incómoda que puede beneficiar a la práctica de la Adoración?

Aquí la entrevista completa:

¿Cuál es el concepto que usted tiene de la Adoración en su expresión musical dentro del servicio?
Yo creo que el término Adoración, cuando se refiere al acto de cantar, abarca solo un aspecto porque la adoración es mucho más que cantar. El ser humano tiene la necesidad innata de adorar y cuando conoce y experimenta a Dios, se convierte en un verdadero adorador. Y la adoración tiene que ver con tu manera de vivir, con tu manera de actuar y de pensar. Te afecta en todas tus áreas al convertirte en un adorador.

Entonces ¿Por qué hacerlo en la Iglesia?
Bueno, la experiencia del cristiano difícilmente la puedes divorciar de la vida corporativa. El cristiano ha sido llamado a vivir corporativamente, precisamente cuando nos reunimos, expresamos esa suprema admiración.

¿Ayuda el hecho de estar haciéndolo en grupo?
Por eso digo que cuando te juntas con tus hermanos, expresas esa suprema admiración que tienes por la encarnación, porque algo que se le ha olvidado al cristianismo contemporáneo es el milagro de la encarnación. Estamos hablando de un Dios que se hizo carne y habitó entre nosotros. Digo esto, porque muchos de nuestros cantos no están conectados con la encarnación, están conectados con los milagros. Nuestra adoración es muy antiguo-testamentaria, muy judía. No es una adoración neo-testamentaria, donde exaltamos el milagro de Dios, encarnándose y habitando entre nosotros. Tal vez por moda, por costumbre, porque otros lo hacen. Pero creo que si analizas el corazón de un verdadero creyente, su aprecio, su estimación, su admiración a Dios, está en el hecho que haya dejado su trono y haya venido a mezclarse con nosotros.

Cuando hablamos de la adoración en grupo ¿Corremos el riesgo de tener una experiencia colectiva basada más en emociones?
Yo creo que si. El punto que trato de explicar es que la adoración no es el acto de cantar. Cuando nos reunimos como Iglesia, lo hacemos para adorar y empezamos a adorar desde que nos juntamos, desde que nos saludamos. El estar recibiendo la Palabra es un acto de adoración, el dar la ofrenda es adoración. El cantar, el dar tu voz, tu canto, tu alegría, tu alabanza a Dios, es un acto de adoración. El obedecer y someterte cuando Dios te habla, es un acto de adoración también. Por eso digo que a veces los términos nos limitan, pero creo que las emociones tienen que estar involucradas porque somos seres emotivos.

¿Qué papel juegan las emociones durante el tiempo de Adoración en la Iglesia?
Creo que si las emociones gobiernan el tiempo de adoración, ya no es adoración.

¿Cómo se cuida de no pasar al exceso de las emociones?
¿Qué está controlando el acto de adorar? ¿Lo que sientes o lo que crees? Lo que crees, lo que sabes es lo que gobierna tu rendición, porque a veces no sientes, pero como quiera estás obligado a adorar, porque estás ahí. Pero la emoción es algo presente, es como un aditivo que nos ayuda a conectarnos, pero no debe ser el centro del acto.

¿Podemos decir que las emociones son el vehículo que conduce la espiritualidad?
No, yo creo que el alma es lo que pensamos, lo que sentimos y lo que decidimos. Entonces, en esas tres áreas, el alma se involucra. Decía el Señor que muchos adoran y no saben qué están adorando, tenemos que saber qué es lo que estamos adorando.

¿Cuál debe ser la principal disposición de una persona cuando viene a adorar? Porque unos dicen que vienen a recibir; otros a sentir y algunos vienen a dar.
Yo creo que dar debe ser la principal disposición. El hecho de congregarse es venir a dar lo que tenemos como los magos vinieron a dar. Eso es un acto de adoración, porque vinieron a dar lo que tenían. Nosotros venimos a dar lo que tenemos al Señor de una forma corporativa. Y claro, a veces lo que traemos para dar no es lo mejor, pero el hecho de compartir mi gozo, mi alegría pero también mi angustia, mis penas y mis dudas. La experiencia del cuerpo de Cristo me permite hacerlo delante de Dios de una manera mucho más fácil que estando solo.

¿Cuáles piensa que son los porcentajes de gente que viene a dar y a recibir?
Yo creo que no tengo la capacidad para determinarlo. No sé, aunque el común denominador es que todo mundo viene a ver qué recibo, qué me dan. Vienen a recibir un mensaje, vienen a recibir emociones.

¿Por qué vienen con esa disposición?
Porque el ser humano tiene una necesidad que busca ser satisfecha y cuando no es satisfecha de manera correcta, lo que sea es bueno. Creo que el congregarnos trae muchos beneficios y ayuda a nuestra vida, pero si solo lo centramos en lo que recibimos en la congregación, va a llegar el momento en que esa congregación no va a tener nada que dar.

¿Es por eso que vemos a “buenos” adoradores que no experimentan ningún cambio en su vida?
A veces es el estandar de lo que se espera de mi. La gente quiere ver que yo soy un buen adorador y yo juego ese rol, porque todos de alguna manera jugamos un rol y a veces venimos a jugar un rol en la Iglesia. Un jueguito, un “play”, un drama. Entonces hago mi papel de adorador, me cambia la cara, la expresión, el tono de voz, hablo con los hermanos de cierta manera, ya cuando subo al auto con mi esposa, cambia todo.

“¡Tú te callas!”
(Risas…)

No es una garantía de cambio al ver en el “adorador” un expresión corporal de adoración ¿Cierto?
Claro. Eso lo encontramos en todas las denominaciones y en todas las religiones.

¿Hemos hecho mal como Iglesia a enseñar de alguna manera que es sólo en el templo donde podemos adorar?
Pienso que la Iglesia tiene una función y eso que mencionas es cierto, porque de alguna manera, todo nos marca una ruta a seguir y lo que aprendemos aquí en la congregación podríamos practicarlo en otras partes. Pero, el hecho de depender solamente de ese momento, es lo que lastima al evangelio y a la vida de la Iglesia, porque se convierte en un mero acto de una obra teatral.

O simplemente me hago adicto al ese tiempo…
Claro que si, porque no se ve un crecimiento tridimensional como lo marca Efesios que habla de un crecimiento a lo alto, a lo ancho y a lo profundo. Entonces, nuestra experiencia es muy horizontal. Porque de lo horizontal conocemos todo: La adoración, el congregarnos, el testificar. Pero a veces no enfocamos en una sola cosa, que es lo que nos gusta. Ahí se arruina todo el asunto porque ya no somos cristianos que estamos experimentando al Señor de diferentes maneras.

¿Cometemos como Iglesia el error de no ser integrales?
Yo pienso que si. Precisamente por el denominacionalismo es que vamos adquiriendo ciertos enfoques y ciertos énfasis.

¿Y dejamos de lado otros que son muy importantes?
Si. Hay personas que dicen: “ A mí, el estudio de la Palabra”; otros dicen: “La oración, la oración” y algunos: “La adoración”. Todo esto está en lo ancho. Una vez que puedes abarcar la mayoría de cosas, porque es como una repisa donde hay varias cosas, hay que desarrollarlas. No solamente hay que saber ganar almas, hay que ganarlas. No solamente hay que saber que la oración tiene poder, hay que practicarla. No solamente hay que aprender a adorar como un grupo, también hay que ser un adorador en todas partes. Pienso que el crecimiento vertical es muy importante.

¿Usan diferente tipo de música de acuerdo a las edades de sus congregantes?
Tenemos aquí en la Iglesia Nuevo Nacimiento, un servicio dedicado a los diferentes grupos. Tenemos servicios para jóvenes, para adultos y para niños. Y la música va de acuerdo a las edades, porque la música es un vehículo. Y discúlpame, pero no creo que exista la música cristiana, existe el mensaje que va en ese vehículo. Hay música para todo. No hay un “Do” cristiano, un “Re” espiritual, la música es música, pero el contenido es importante, porque ahí somos realmente motivados a expresarnos. Entonces, la manera en que un grupo puede expresar ese sentimiento o deseo de adorar a Dios, va a depender de su cultura musical. Es muy difícil que un joven o un niño pueda ser motivado a adorar con música de Sebastian Bach o con himnos. Pero para nosotros los más adultos es lindo y bello. La música está compuesta de trece sonidos, de 7 notas y de 6 semi notas, la mezcla de notas con silencios y con tiempos hace que todo cambie. Eso lo determinan los compositores.

Al ser usadas estas notas por compositores cristianos ¿Las santifica, las hace sagradas?
No. Porque –por ejemplo- a lo que llamamos música sacra o himnos en los 70s como “Castillo Fuerte es nuestro Dios”, que era el himno de batalla de Martín Lutero, era música mundana. El tomó la música y le puso la letra.

Como muchos de los himnos populares antiguos…
Si. Lo que pasa también es que la Iglesia era la soberana en la música. La cuna del arte estaba dentro de la Iglesia, los grandes músicos estaban en la Iglesia. Ellos eran los que dictaban la moda, hoy es diferente. Le llamamos música sacra porque representa un cierto momento, crea un cierto ambiente, pero no necesariamente. Hay música contemporánea que inspira tanto a los seres humanos como los himnos antiguos.

¿Usted clasifica las canciones que canta su congregación?
Tenemos la mala costumbre de llamarle a los cantos que tienen cierto ritmo “alabanza” y a otros más calmados “adoración”.

¿No funciona así para usted?
Lo hacemos por costumbre. Y no me voy a ponerme a explicarlo cada vez. Seguimos el patrón enseñado por otras personas, pienso que no debe de haber diferencia. Hay música que puede ser muy alegre con un mensaje profundo, y hay música que puede ser muy tranquila y el mensaje muy simple y sin profundidad. Yo he visto a gente conectadísima en el Señor con diferentes ritmos, incluso gente de edad que ha conocido a Cristo en los últimos tiempos, identificada con música contemporánea para adorar. Y conozco jóvenes que vienen de una iglesia tradicional, para quienes no hay otra manera de adorar que no sea con himnos.

¿Es posible que debido a la situación migratoria que atraviesan, los latinos se aferran más al Señor?
Todos tenemos diferentes tipo de problemas. Una mujer que no era de buena reputación, estaba secando las lágrimas que caían en los pies de Jesús con sus cabellos. Uno le dijo a Jesús, que si supiera quién es ella no dejaría que hiciera eso. El Señor dijo que al que mucho se le perdona, mucho ama. Yo pienso que esa es la manera de medir las cosas. Entre más necesidad tu sientes de Dios, más lealtad y más fidelidad vas a mostrar a Dios.

¿Es el sentimiento cultural de culpabilidad que hace que el latino venga a adorar para ser liberado de eso?
Yo pienso que uno de los grandes errores que se cometen a nivel extra cultural, porque puedo verlo en todas la culturas, es la manipulación por medio de la culpa. Precisamente, uno de los mensaje Paulinos más grandes es el que nos acerquemos al Trono de la Gracia, que es el monumento donde el más vil pecador, el más sucio y corrompido puede entrar. Dice: “acerquémonos confiadamente al Trono de la Gracia”, para que alcancemos su oportuno socorro. El mensaje del evangelio debe ser un mensaje de gracia, el problema es que predicamos un mensaje de culpabilidad y tratamos de manipular. Y digo “tratamos”, porque todos nos hemos visto envueltos en esto. Creo que tiene que llegar el momento de reflexión donde entendemos que la manipulación de usar la culpabilidad lo único que produce son más problemas.

¿Interfiere la herencia cultural machista con el proceso de soltarnos y abandonarnos en Cristo durante la Adoración?
Yo creo que la Cruz trata con cualquier tipo de problemas. El trato de Dios y la cruz en la vida del cristiano es lo que va obrando para que seamos quebrantados. Es difícil de explicarlo, pero llega el momento en que Dios quebranta una vida y la transforma.

¿Es que Dios está observando, satisfecho con la Adoración de su gente o es que Dios se mueve y canta entre ellos?
Bueno, cuando me presentas ese cuadro me transporto al Antiguo Testamento. Donde tenemos a un Dios que está velando por nosotros, estamos listos para tomar la tierra y él habita en las alabanzas de su pueblo y nos hace vencer. Yo pienso que eso lo tenemos que traducir a la vida diaria. Los enemigos, definitivamente ya no son las situaciones geográficas o circunstancias que nos rodean sino los problemas morales y todas las situaciones que nos agobian. Por ejemplo, cuando te preocupas, estás creyendo que algo malo te va a pasar, estás ejerciendo fe en que algo negativo te va a pasar. En lugar de confiar en Dios y creer que no es así. Es una decisión que debes de tener. Yo creo que el acto de depender de Dios y de creer y abandonarte en él, revierte la situación. La experiencia que tuvieron en el Antiguo Testamento, en las guerras, en las victorias, nosotros las tenemos en nuestra vida diaria.

¿Cree que podemos estar equivocados en nuestras formas de Adoración al Señor?
Pienso que cuando estás buscando una manera correcta o perfecta de adorar, es cuando estás en peligro. Pero cuando desarrollas una relación personal, no puedes estar equivocado. No puedes estar equivocado en la manera en la que te has relacionado con tus padres, en la manera en que los elogias, porque ellos son tan suficientemente padres que pueden distinguir el entusiasmo de Juan y la indiferencia de Pedro. Y en la indiferencia de Pedro, pueden encontrar mucha gratitud y mucho amor, porque ellos son los padres; en el entusiasmo de Juan pueden encontrar algo de egoísmo y de hipocresía. Yo creo que cuando hablamos de adoración, lo que realmente estamos desarrollando en una relación íntima con Dios. Si yo trato de enseñarle a la gente lo que es la adoración, de antemano estoy equivocado porque no creo que hay un patrón. Puedo tener clases para matrimonios, pero amar a mi esposa lo he aprendido a hacer a través de los años. Mi relación con Dios depende de muchas cosas. Yo siento libertad para reclamarle a Dios muchas cosas como Jeremías o como David que era un hombre que se distinguía por tener un corazón semejante al de Dios. En parte de los Salmos vemos un corazón amargo y adolorido, está plasmado en la Escritura porque esa es relación. Dios es un Dios personal.

¿Cree que por el lenguaje que se usa dentro de la Iglesia se reafirma el machismo al mostrarlo siempre como masculino?
Bueno, Dios siempre se presenta como el Padre, no como la Madre. Eso es algo que lo hemos recibido de las Escrituras. Y ante la afirmación que Dios puede tener elementos femeninos, pienso que el hombre llora, es tierno, es de acero pero es de seda. El hombre tiene un corazón grande también.

Que es como debe ser, pero hay personas que se figuran a Dios como su papá y hacen un paralelo viendo a un Dios juez, que castiga…
De hecho el primer ser humano registrado que le dice “Padre” a Dios, es Jesús. El nos enseñó a llamarle Padre. Lamentablemente dentro de nuestra cultura latina, la figura del padre es una figura ausente. El padre falla, quiebra sus promesas, castiga, abandona. Muchas veces, por la experiencia que tengo como pastor, las personas se relacionan mejor con Jesucristo que con el Padre. Y aunque la Palabra nos dice que debemos orar al Padre, sus oraciones siempre son al Señor Jesús, porque hay una barrera. Creo que es importante más que incrementar la forma de orar hacia Jesús, restaurar la figura de lo que es el verdadero Padre y empezar a experimentar esa verdadera paternidad. Y la figura paternal, restaurarla dentro de la vida del hombre.

¿Por qué algunas Iglesias que promueven más la vida en el Espíritu tienen más expresiones físicas en su tiempo de Adoración?
Yo creo que el punto es que cuando estamos hablando de adoración, nuestro santuario es el Espíritu. Somo espíritu, alma y cuerpo. En nuestro espíritu es donde estamos conscientes de la presencia de Dios. Podemos discernir la presencia de Dios, podemos saber cuando se ha quebrado esa comunión con Dios, eso es espiritual. El Espíritu Santo es la conexión. Otra vez volvemos al punto que Dios es Padre, es Hijo y es Espíritu Santo. Necesitamos tener una relación que nos permita conocer a Dios como Padre, como Hijo y como Espíritu Santo.

¿Cree que el tiempo de Adoración también sirve como herramienta para alcanzar a la gente?
Si, yo creo que si. También bien usada y bien manipulada, porque hay lugares donde se manipula toda la gama de emociones que brotan y envuelven a la gente emocionalmente y se genera una experiencia que hacen creer que la están teniendo con Dios y la están teniendo con la congregación, con la música, con el ambiente.

¿Cómo se determina que eso sucede?
Bueno, porque ese tipo de ambientes pueden ser reproducidos en otros ámbitos y los usan los vendedores. Muchas de las cosas que pasan en las iglesias se usan en convenciones de ventas, hacen cánticos y se envuelve a la gente en la emoción. Yo he ido a convenciones de compañías que tienen su himno y cánticos. La gente se emociona y enloquece por el producto.

¿Hacen lo mismo algunas Iglesias?
Yo creo que hay algo que es legítimo dentro de la Iglesia. Por ejemplo, dentro del Maoísmo, ellos utilizaban toda la liturgia del culto cristiano, como el testimonio y el canto, pasaban en frente y testificaban de los beneficios del Comunismo.

¿Cree que los adoradores que visitan las iglesias, las benefician o las perjudican?
Yo creo que ni la benefician ni la perjudican. Porque son ambulantes y no es más que un rato que van a estar ahí.

¿Es un riesgo el hecho de siempre estar invitando a alguien?
Yo creo que cuando la Iglesia está bien centrada y tiene fundamento, no hay riesgo. El problema aquí es que muchas veces no hay fundamento sólido en la doctrina, en los conceptos. Es ahí cuando hay riesgos. El cristiano que es maduro puede juzgar y decir cuando algo no está bien, incluso puede ayudar a personas que están enfocadas de una manera incorrecta.

¿Cambia mi corazón o cambia el corazón de Dios en el tiempo de Adoración?
Yo creo que Dios nunca cambia. Yo creo que el estar conectado con Dios me permite conocer su corazón y someterme a él. Dios no se somete a mi.

¿Quien se beneficia, Dios o nosotros?
Siempre nosotros. Aunque el amor beneficia a los dos, por el hecho de pensar como padre y que a mi hijo le vaya bien, para mi es un beneficio, aunque yo no reciba nada de lo que él está haciendo. En ese sentido Dios se beneficia porque tiene la paz y la tranquilidad de que sus hijos están haciendo lo correcto, pero el que recibe el beneficio directo es el ser humano.

¿Hay alguna idea suelta que quedó respecto a la Adoración dentro de la Iglesia?
Yo sólo creo que la experiencia de la adoración es una experiencia integral que tiene que ver con todo. En mi vida, yo he pasado por diferentes etapas. Me acuerdo de un tiempo en el que los únicos libros que compraba y leía eran de adoración. Pero creo que el punto es que nosotros podemos transmitir la experiencia corporativa de la adoración a cada momento de nuestra vida. Pablo dice en Efesios que ora para que podamos conocer el misterio de su voluntad que es el de reunir todas las cosas en Cristo. Dios quiere que yo sepa cuál es misterio de su voluntad. Ese misterio es poner orden en el Cielo y poner orden en la Tierra. Dios ha escogido al creyente para traer esa paz. Para mí, ahí está el principio de la adoración, porque es el principio del sometimiento, de la obediencia. No estoy utilizando a Dios para servirme a mi mismo y para experimentar algo y tener mi toque, mi droga de gozo, de alegría, que es el concepto que se tiene hoy. Sino que me quiero someter a Dios porque el misterio de su voluntad es hacer eso. El lo quiere hacer y yo quiero ser parte de eso.